miércoles, 7 de octubre de 2009

Ver ballenas en Puerto López (día 28)

Siempre había querido ver ballenas. Un tiempo estuve rayando con ellas, cuando encontré una investigación que decía que las ballenas también se enamoran, igualito que nosotros (búsquenla, muy recomendable). Me llama la atención que canten, que lloren y que tengan una capa más en su corteza cerebral que nosotros y que nadie sepa para que sirve.

Por eso, cuando nos dijeron que en Puerto López se podía ver ballenas, no lo dudamos (y dudamos casi todo por el asunto plata). A pesar que estábamos al filo de la fecha de avistamiento -porque las ballenas visitan las costas de Ecuador para aparearse y dar a luz desde Julio a Septiembre, y estábamos a fines de septiembre, donde la mayoría ya han partido- cruzamos los dedos y partimos.

Puerto López es un pueblo de pescadores que queda a unos 40 min en auto desde Montañita. El pueblo es mucho más grande y menos turístico que su vecino.

Puerto Lopez

Cotizamos en Montañita cuanto costaba el tour a ver ballenas, y por llevarte a Puerto López y salir en el barco a avistar a las ballenas cobran y traerte de vuelta 35 dólares por persona.

En nuestro afán de ahorro, decidimos partir por las nuestras y pidiendo “aventón” (dedo chileno) hasta Puerto López. Nos levantamos temprano, porque hay que tratar de estar antes de las 10 en el pueblo para hacer una buena negociación.

La calle principal de Puerto López está llena de agencias que ofrecen tours. Luego de un proceso de negociación, logramos que nos llevaran a los dos por 30 dólares.

Salimos a las 10.30 de la mañana, en un bote como con 20 turistas más.


Fue aproximadamente 1 hora de viaje –lleno de ansiedad y falsos avistamientos- hasta que vimos el primer chorro de agua (de los que les salen a las ballenas cuando respiran).


Ni les cuento la emoción, todos saltamos al lado del barco donde se veía la ballena. El capitán decía “calma calma”, pero no se podía mantener la calma si estaban ahí tan cerca. El barco se balanceaba hacia un lado y hacia el otro, por el peso de los turistas ávidos de verlas.

El primer avistamiento fue de dos ballenas. Nos acercamos lo que más pudimos y las vimos sumergirse varias veces.

El segundo avistamiento fue impresionante. Fue de 3 ballenas, una de las cuales era el bebé recién nacido. La emoción fue gigante, una de las ballenas se metió debajo del barco, su hubiéramos metido el brazo al agua podríamos haberla tocado. Medía aproximadamente 7 metros de largo, y estaba ahí debajito nuestro.

Si la ballena hubiera querido, de un aletazo nos da vuelta. Pero así no son las ballenas.

De la emoción y nerviosismo, las fotos no están muy buenas. Cada vez que venía una no podíamos mantener la calma para enfocarla bien. Les dejamos con las mejorcitas que pudimos sacar, en una de las experiencias más lindas que he tenido en mi vida.



pd. Pronto -a penas podamos- subiremos un video de las ballenas (se demoran mucho en cargar y esta muy atrasado el blog) asi que atentos!!

J.

2 comentarios:

  1. Que lindo Javi... realmente maravilloso todo lo que estás conociendo y las fotos están bkns, para nada malas!!!
    Que bueno que allá sea más turístico esto y cuiden a las ballenas, porque otros países dejan harto que desear con el tema de la caza indiscriminada de estos hermosos ejemplares.. uff!!!
    bueno, no me queda más que desarte lo mejor por allá y RECORRE Y DISFRUTA AL MÄXIMO!!!
    muchos cariños
    Vero j.

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  2. Que emocionante!!!... Me alegro que hayan podido disfrutar algo tan hermoso... Me encantaron las fotos, a pesar que dices que no están buenas...

    Muchos cariños... Tía Mónica

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